No puedo hablar contigo, así que aprovecho este momento (extraño) para hablar conmigo y no tengo nada que decirme.
Paredes infinitas encerrando ilimitados espacios abiertos. Mirada extrañada de sueños congelados.
Hay un cuadro de Klee...
Hay un cuadro de Klee que se llama Angelus Novus. En él se representa a un ángel que parece como si estuviese a punto de alejarse de algo que le tiene pasmado. Sus ojos están desmesuradamente abiertos, la boca abierta y extendidas las alas. Creo que este debería ser el aspecto del ángel de la Historia. Ha vuelto el rostro hacia el pasado. Donde a nosotros se nos manifiesta una cadena de datos, él ve una catástrofe única que amontona ruina sobre ruina, arrojándolas a sus pies. Bien quisiera él detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo despedazado. Pero desde el Paraíso sopla un huracán que se ha enredado en sus alas y que es tan fuerte que el ángel ya no puede cerrarlas. El huracán le empuja irremisiblemente hacia el futuro, al cual da la espalda, mientras que los montones de ruinas crecen ante él hasta el cielo. Ese huracán es lo que nosotros llamamos progreso.
Walter Benjamin, Tesis de la filosofía de la Historia.
Esto es tremendo. Como Benjamin, con todo su genio, con toda su obsesión vió esto en el garabato de Klee. Perdió, sin embargo, el detalle de la mirada sesgada. La mirada sesgada y tanta ruina...
Y mientras yo buscando con algo de solve un poco de coagula. Y no lo encuentro, aunque me digan tantas cosas como aquí:
Y no lo encuentro porque nada fluye si tu no derramas en mi
unas gotitas de ti.
1 comentario:
El ángel quisiera detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo destruido. Pero un huracán sopla desde el paraíso y se arremolina en sus alas, y es tan fuerte que el ángel ya no puede plegarlas...
http://www.golem.es/elregreso/imagen/fotos/el_regreso_08.jpg (REGRESA!)
Publicar un comentario