sábado, 2 de febrero de 2008

.1.

Camino a la luz del día, y te persigo. No te acerques demasiado a mi...
Ahora sé que siempre ha sido así, aunque haya tomado conciencia de ello recientemente. Siempre fué así, desde que era pequeño, desde que iba al colegio. Siempre una presa en el punto de mira, siempre la más inalcanzable, o la menos apropiada.

Camino a la luz del día, no le temo al Sol, pero la noche es mi aliada. Yo no sé si sabes volar. Tal vez sepas. Yo no sé si yo sé volar. Esta vez quiero volar, contigo. Y si no sabemos volar, si no sé, sí sé que quiero quedarme, por fin, en tierra a tu lado...

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