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viernes, 11 de julio de 2008

Regreso

Foto: Memai, de Audrey Kawasaki.


Como una polilla atraída por la parpadeante luz blanca y sucia de un fluorescente (que a su vez emite un zumbido pseudoentómico), aleteando con asomo de duda hacia una perdición incierta, y ese es el camino que tomé tantas veces, que aún sigo en ocasiones, sin remisión ni ganas de ser rescatado; no es por amor al abismo, ni es por obsesión adolescente (nunca adolecí de eso, aunque si de muchas otras cosas), sólo es por el hechizo de la aventura, la insinuación de futuras historias, una bruma gris al amanecer o un destello verdoso en el ocaso, que se yo. Sólo es el despreocupado anhelo de no negarme cualquier deseo que, a priori, parezca improbable o al menos poco posible, esto es, amarte sin conocerte nunca, sin llegar a saber jamás quien eres o donde te escondes, o desde donde me llamas: De nuevo me basta con poder inventar tu nombre.

jueves, 17 de enero de 2008

Apócrifo

Foto: Ophelia, Arthur Hughes.



Sur l'onde calme et noire où dorment les étoiles
La blanche Ophélia flotte comme un grand lys,
Flotte très lentement, couchée en ses longs voiles ...
- On entend dans les bois lointains des hallalis.

Voici plus de mille ans que la triste Ophélie
Passe, fantôme blanc, sur le long fleuve noir;
Voici plus de mille ans que sa douce folie
Murmure sa romance à la brise du soir.

Le vent baise ses seins et déploie en corolle
Ses grands voiles bercés mollement par les eaux;
Les saules frissonnants pleurent sur son épaule,
Sur son grand front rêveur s'inclinent les roseaux.

Les nénuphars froissés soupirent autour d'elle;
Elle éveille parfois, dans un aune qui dort,
Quelque nid, d'où s'échappe un petit frisson d'aile:
- Un chant mystérieux tombe des astres d'or.

O pâle Ophélia! belle comme la neige!
Oui, tu mourus, enfant, par un fleuve emporté!
- C'est que les vents tombant des grands monts de Norwège
T'avaient parlé tout bas de l'âpre liberté;

C'est qu'un souffle, tordant ta grande chevelure,
A ton esprit rêveur portait d'étranges bruits;
Que ton coeur écoutait le chant de la Nature
Dans
les plaintes de l'arbre et les soupirs des nuits;

C'est que la voix des mers folles, immense râle,
Brisait ton sein d'enfant, trop humain et trop doux;
C'est qu'un matin d'avril, un beau cavalier pâle,
Un pauvre fou, s'assit muet à tes genoux!

Ciel! Amour! Liberté! Quel rêve, ô pauvre Folle!
Tu te fondais à lui comme une neige au feu:
Tes grandes visions étranglaient ta parole
- Et l'Infini terrible effara ton oeil bleu!

- Et le Poète dit qu'aux rayons des étoiles
Tu viens chercher, la nuit, les fleurs que tu cueillis,
Et qu'il a vu sur l'eau, couchée en ses longs voiles,
La blanche Ophélia flotter, comme un grand lys.



En las aguas profundas que acunan las estrellas,
blanca y cándida, Ofelia flota como un gran lirio,
flota tan lentamente, recostada en sus velos...
cuando tocan a muerte en el bosque lejano.

Hace ya miles de años que la pálida Ofelia
pasa, fantasma blanco por el gran río negro;
más de mil años ya que su suave locura
murmura su tonada en el aire nocturno.

El viento, cual corola, sus senos acaricia
y despliega, acunado, su velamen azul;
los sauces temblorosos lloran contra sus hombros
y por su frente en sueños, la espadaña se pliega.

Los rizados nenúfares suspiran a su lado,
mientra ella despierta, en el dormido aliso,
un nido del que surge un mínimo temblor...
y un canto, en oros, cae del cielo misterioso.


¡Oh tristísima Ofelia, bella como la nieve,
muerta cuando eras niña, llevada por el río!
Y es que los fríos vientos que caen de Noruega
te habían susurrado la adusta libertad.

Y es que un arcano soplo, al blandir tu melena,
en tu mente traspuesta metió voces extrañas;
y es que tu corazón escuchaba el lamento
de la Naturaleza, son de árboles y noches.

Y es que la voz del mar, como inmenso jadeo
rompió tu corazón manso y tierno de niña;
y es que un día de abril, un bello infante pálido,
un loco miserioso, a tus pies se sentó.

Cielo, Amor, Libertad: ¡qué sueño, oh pobre Loca! .
Te fundías en él como nieve en el fuego;
tus visiones, enormes, ahogaban tu palabra.
Y el terrible Infinito espantó tu ojo azul .


Y el poeta nos dice que en la noche estrellada
vienes a recoger las flores que cortaste ,
y que ha visto en el agua, recostada en sus velos,
a la cándida Ofelia flotar, como un gran lis .

Arthur Rimbaud , 1870

lunes, 10 de diciembre de 2007

Esas montañas estúpidas

Foto: Las montañas del Sistema Central vistas desde el pié de la muralla sur. Ávila.


El amante de las flores

En las montañas de Valkeri
entre los pavorreales que se pavonean
encontré una flor
tan grande como mi cabeza
y cuando me estiré
para olerla

perdí el lóbulo de la oreja
parte de la nariz
un ojo
y la mitad de la cajetilla
de cigarrillos

regresé
al siguiente día
con la intención de cortar
aquella maldita cosa
pero la encontré
tan hermosa
que en cambio
maté un
pavorreal.

Henry Charles Bukowsky



Viajan rápido en esta época, se encaminan hacia tierras más cálidas.

Huyen de las frías nubes de invierno que las pisan los talones.

Y ahora a pensar en el vuelo de las mariposas. Es tembloroso e inseguro, no fueron hechos para volar los gusanos. Había unas viejas murallas en blanco y negro y un fantasma sentado a los pies de mi cama, cambiando canales de forma automática. Estoy tan cansado, tenía mucho que contarte y tu no has venido... había algo en las montañas ¿sabes? El otro día, junto a las murallas. Y faltaba algo, también, faltabas tú de alguna manera de modo que las nubes parecían tan solas sin tí, parecían echarte de menos en forma de nubes. Yo sé donde nacen las nubes, algún día te lo contaré pero ahora mismo no puedo hacerlo porque he firmado tres cláusulas de confidencialidad y sólo me tranquiliza el polvo en mis ojos y el vuelo de un halcón, y las plumas de una paloma estallando en el aire con un suspiro de susto.
Se extendía frente a mis ojos una pradera llana y verdadera salpicada aquí y allá por árboles ornamentales y pequeños grupos de casas, y cuando el verde se tornaba azul se iba convirtiendo en masa de roca coronada de nieve nueva y en sus laderas, en sus azules laderas yo también oía como reían, yo también veía como todo el río eran las lágrimas de los peces. De pronto cruza frente a mi una ruidosa fiesta de jinetes con cintas rojas y no hay manera de que callen sus flautas para que me dejen escuchar la música del polvo y la duna. Ahí está de nuevo
el halcón
cerniéndose sobre vosotros, despreocupados transeuntes. Me deleitaré una vez más viéndolo cazar, rompiendo el aire con su violín de acero y ascendiendo en brazos del viento del sur. Tengo que enseñarte esto cuando estés aquí, aunque entonces seguro que no sabré donde encontrarlo pero al menos verás el agua brotar de entre los helechos en un secreto recoveco, y todas mis ruinas tristes; pero esas montañas tal como ese día me observaron se merecen una lección, merezco mi revancha y prometo que en menos de dos meses volveré a encararme a ellas todo un día y las devolveré sus carcajadas en forma de conjuros que cambien el curso de las corrientes y entonces podrás, seguramente, escuchar mi voz bajando por el valle y no darás crédito a tus oídos. Entonces tendrán que inclinarse hacia mí y ya no me costará subir cuesta arriba. Esas eminencias malparidas hijas del corrimiento…*


*La orogénesis es la formación o rejuvenecimiento de montañas y cordilleras que se produce por la deformación compresiva de regiones más o menos extensas de litosfera continental. Los materiales sufren diversas deformaciones tectónicas de carácter compresivo, incluido plegamiento, fallamiento y también el corrimiento de mantos..




viernes, 30 de noviembre de 2007

Responso sobre el polvo

He estado esperando este momento.

Mírame. Esto no lo has visto nunca.
Mírame. Mira mis ojos.
Fíjate.
¿Qué ves en ellos?
Entonces mírate.
Desenfoca la vista, te he enseñado a hacerlo
¿Ahora qué ves en mis ojos?
Ya no te ves a tí. Mira dentro.

¿Ves ese frasco,
en la segunda estantería,
donde nunca limpio el polvo?
No te das cuenta. No miras bien. Míralo.
El polvo acumulado. No es polvo.
Es tiempo.

¿Sabes que guardo dentro?
No. Nunca te has parado a pensarlo.
Pero los frascos se han hecho
para guardar cosas dentro.
Mira dentro.

Es agua. De manantial.
Son mis lágrimas.
Son antiguas.
Como el polvo.

Mira mis manos. Ya las has visto,
vuelve a mirarlas.
Mira mis nudillos. Ya los has visto. Hay cicatrices. Ya las conoces.
Pero no te has fijado bien.
Son tus cicatrices.
Míralas.

Aún piensas que sueño
aún crees que esto es
un remedo de poesía
No lo has visto bien.
No has mirado dentro.
Mírame.

Es un testamento
vivo
de un hombre
muerto.

Sólo grita ya por las noches
de vez en cuando
No le hago mucho caso
Sólo creo en los fantasmas muertos
Pero me da lástima.
No quiero que se vaya tan solo
tan hueco.

Así que lo guardo, en un frasco
sobre la estantería cubierta de polvo
Lo acojo en el fondo
de mis ojos
Lo recuerdo en las cicatrices
de mis nudillos.

Esto nunca lo has visto
El tiempo engaña
Míralo,
no importa quién lo mató,
si fué homicidio
ya ha
preescrito.
Importa que está
ahí
quiero que lo
veas,
quiere verte,
quiero ver
ese encuentro
míralo.

Mírame.
Así no.
Mira dentro.




martes, 6 de noviembre de 2007

The need to speak

Foto: Jacques Percipied ejecutando un impromptu indeterminado. Valladolid.




The need to speak, even if one has nothing to say, becomes more pressing when one has nothing to say, just as the will to live becomes more urgent when life has lost its meaning


Walter Benjamin

A escondidas aprendo

Yo sólo quería tocar el piano en las fechas señaladas, para un grupo de amigos selectos, tras el convite y las copas, con la corbata aflojada y la cara cubierta de confetti, un cigarrillo en la boca y el pelo echado para atrás. O para un lado. O sobre los ojos, no se.

A escondidas como
Fugaces bocados


Pero en ocasiones me descubría a mi mismo soñando despierto, pulsando en la mesa, imaginando que era yo quien ejecutaba, pongamos, la Rapsodia sobre un tema de Paganini, o las Gnossienes de Satie en un escenario no muy grande, lo justo, un foco encima, o detrás. No se. Las caras a oscuras, tal vez algún aplauso, tal vez un chin chin con la chica del violín. Segundo.

A escondidas fumo
en espacios reservados


Ya había tocado demasiada basura en la intimidad para pensar de nuevo en la fama y la gloria cuando de pronto surge de mis dedos algo y pienso, al dia siguiente, sobrio, "no está mal". Y entonces llega ella y dice "no está mal" y yo pienso "mejor será no tocarlo delante de nadie más y he aquí mi pequeño triunfo". Y luego concedo "No en grandes teatros, tal vez en algún pequeño bar, para borrachos desconocidos, como un músico de jazz, sin dar mucho la cara ni demasiado la nota". Y hala, me hago mis bolos, modestos pero reconfortantes para el ego y pienso "no está mal"

A escondidas sueño
En horario de trabajo


Entonces aparece ese desgraciado, no ese, esos, no uno, dos, uno detrás del otro, los escucho y la verdad es que nunca había oído algo igual. Boris y Jack, que tipejos repelentes. Así que ya no brotan de mis dedos melodías que no me suenen a eco distorsionado de las suyas y pienso, por fin. Se acabó.

A escondidas lloro

Pero por las noches me invade cierta furia, hay algo, brota a veces, cacofonías incongruentes que saben a palabras de Oráculo y necesito que me las traduzca, bueno, ya sabéis, una intermediaria. Me ha pasado sólo con tres personas, y también con un tío (eso fué raro, no lo esperaba, pero tampoco voy a quejarme). Y se que algo hay, necesito explorarlo pero tal vez es demasiado grande, o eso me parece, un peso en mi pecho y luces en mi cabecita y mis dedos no dan abasto (me falla la técnica, tanto compositiva como interpretativa) y sólo suenan notas disonantes y ni siquiera en su disonancia son algo. Pienso "ampliemos los horizontes": Sólo necesito pasta. Pasta y algo, tal vez estudiar, y algo, la ilusión de algo, que a ser posible no sea demasiado real pero sí lo suficientemente algo para anhelarlo. No se si me he explicado correctamente.

A escondidas amo.

domingo, 4 de noviembre de 2007

La playa

Foto: Una playa cerca de Comillas.



De entre la espuma marina y las olas negras y los vientos salados,
Desde el nido de los vientos, con la popa quebrada contra los rocosos bajíos
Pongo el pie en la arena que me abraza y envuelve como una madre a un recién nacido

Respiro los aromas de los árboles y del agua duce que brota en los picos altos, la constante gota precisa que choca contra los amorosos labios del glaciar y corre entre las rocas y traza caminos de fluido trazado.

¿Quién me conduce a ti?
¿Quién puede darme alas en la tibia mañana,
por qué los rayos del Sol se enmarañan en mi pelo
Por qué juegan conmigo las tristes algas y me atan de vuelta a mi navío?

Son las voces de los muertos, escuchad, son sus gritos y lamentos los que nos traen hasta la playa, ellos son tantos y nosotros tan pequeños y breves...
Chillan lastimosos ¡Vivid! ¡Vivid, es todo lo que os resta! No arranqueis las flores ni aún cuando mustias os aparezcan. ¡Mas bien sentaos junto a ellas y contemplad, observad como la luz les da sus sombras, como sus sombras juegan con sus rostros! Miradlas mil veces, cerrad los ojos y volved a mirarlas, recorred con vuestros labios sus pétalos tersos, saboread su savia fragante, llenad vuestros pulmones de aire, mirad al cielo y dibujad su contorno con las nubes, mientras acaricia vuestro rosotro el viento y recordáis cuanto camino ha recorrido para llegar hasta vosotros…

De entre la espuma marina
y las olas negras
Desde el nido de los vientos,
con la popa quebrada
contra los rocosos bajíos
Pongo el pie en la arena
que me abraza y envuelve
como una madre
a un recién nacido

martes, 30 de octubre de 2007

Balada de los cinco cafés

¿Qué te regalan las noches?

Sólo las noches son mías,

las mañanas grises de café y tinta

las tardes hueras, aquí todo se paga

¿A cómo está el tiempo? A dos cafés y un

paquete de tabaco.

¡Corre, que se va la hora!

que no te deje atrás la manada

bien viajarían todos solos o no

no solos

Pero no contigo

que no sabemos quien eres

ni lo que vendes

recogiendo hojas de oro

por viejas, que no por caras


Y ahora, te pregunto ¿Qué te regalan las noches?

nada, no me regalan nada, no me dejan ya nada,

ya no me quedan las noches,

me han arrebatado hasta eso.

Las reinvierto en días, para poder

venderlas al peor postor

puedo hacerlo si quiero, sólo las

noches son mias

y todo el tiempo que me ahorro

lo pongo a renta fija

y me rinde dos cafés y un

paquete de tabaco

que no digan que es poco en los tiempos

que corren

corren despacio, pero corren

hacia delante,

y me olvido del tiempo

y me olvido de las noches

y necesito otro café para

poder pagarme

otro café para pagarme

otro café

y de tanto verme reflejado

en el pozo negro de mi taza

me he caído dentro de la noche

y ya no puedo sino gastarla

sólo esta noche, solo una.

A ver que me regala.

domingo, 23 de septiembre de 2007

Vielleicht ist er auf dem Weg zu dir, wer weiß...?

Foto: Ophelia. Arthur Hughes.

Ninfa, te llevaste

tus alegres canciones

y tus sonrisas,

labios que eran promesas,

ojos que se tornaban

mar embravecido,

suave rostro de agua

bajo un tapiz de tormenta.



Restaban mil ramos, mil flores

a las que ya nunca pondrás nombre

Restaban mil risas y mil noches

mil mañanas de verano,

de otoño,

de invierno primavera,

verano, otoño


Dejaste un rastro de pétalos

una eternidad de caminos no recorridos

mil veces mil pasos que dar

con suave cadencia.

Dejaste en el aire un beso,

siento el frio de tu abrazo vacío,

el vacio de tu cuerpo ni presente,

ni pasado,

ni sepulto.



No pude sentir nunca tu pulso

en mi pecho,

ni tu respiración

en mi oído

Eternamente serás joven

tu rostro evitado por los años

mientras

yo

me

marchito,

y

añoro

y

olvido

y

lamento


bocanada de brisa

que se

escapa

prendida

del viento



Hoy he sentido como me llamabas,

susurrabas a mi oído voz de cristal

diciendo te recuerdo,

te recuerdo,

terrecuerdo,

te re cuer do.

Cerrar tus ojos,

y cerrar los mios,

y cerrar

y que la oscuridad

invada al mundo,

que no es mundo,

la luz

me hace daño

justo pago por tantas horas

consumidas

y todo el humo respirado

muchas veces,

adherido a las paredes

como se adhiere

a mis pulmones,

deja ahora

de ser mancha y vuelve a ser

humo, fuertes brazos

de humo se aferran a mi garganta

y yo no encuentro

esa

bocanada de brisa

que se

escapa

prendida

del viento


Se derrumba mi memoria

como un castillo de arena

sube la marea, tira del mar la Luna,

tira de la Luna el mar, juegan, luchan,

siempre,

se hunden el uno en el otro

y no respetan las ruinas

de las felicidades pasadas

nada existe

solo ellos existen

ni tan siquiera ellos existen

sólo
reflejos
de luz
y química
del cerebro
y solo eso existe
y nada existe

me pliego hacia dentro,

hay que saber plegarse

corres el peligro de convertirte

en un nudo,

un nudo un nudo un nudo
un nudo.

Un nudo.

bocanada de brisa

que se

escapa

prendida

del viento,

libre

con el viento

libre con el viento,

libre con el viento, no aspirada, no inhalada,

no respirada, solo libre

con el viento, solo tú,

solo tú

libre,

solo viento.

Solo nada.

sábado, 8 de septiembre de 2007

Estas noches

Foto: Flores tras verja, La Alberca, Salamanca.

Mecida por el ruido blanco
corroe
la rabia

Y son frías lágrimas verdes cristal cual se ve
Suave
delicada
forma de
rimas
imperfectas
y voces
susurrantes
y sabor
sublime

Vapor
de noble talle,
disperso
Per se
O Gorgona
o Quevedo,
Que prohíbo
Exorcizo,
Expulso
__N__N__NN__NN__N__N__N_______________________No hay pulso
Cuerda

Viento .

Como todas estas noches.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Noche transfigurada

Foto: Solar en obras en la calle Los Moros. Trasera de un edificio de la calle Angustias. Valladolid.

A veces ocurre. La luz ilumina las pálidas ruinas y tras ellas hay ventanas que miran hacia dentro y te dicen "se ha hecho de día. Aún hoy es hoy, y siempre será así, de un modo u otro". Que todos lo sepan, aunque nadie lo sabe. Y así será, de cualquier modo.

Es hermoso este amor que siento por ti,
desprovisto de carne pero ansioso de alma,
con rostro de letra y perfume de poesía,
este amor como ya nostálgico de lo que fué,
sin haber sido nunca mas que aire en mis pulmones
y sonrisa en mis labios
y paseos secretos a la luz de la Luna.

Que hermoso es amarte sabiendo que nunca serás mía
que siempre serás nada,
pero que eres y estás
y existes,
y estamos juntos sin que nadie lo sepa,
y todos los otros sólo son tus amantes o tus amados,
pero no son yo y tu eres así mía sin serlo, y aún así.

Es hermoso saberte.

martes, 4 de septiembre de 2007

Presa

Foto: Edificio abandonado en la esquina de la Plaza de Fuente Dorada y la calle Cánovas del Castillo. Valladolid.


Mareado tras tres horas de sexo triste

te levantas, miras por la ventana

Hay polillas
y murciélagos que las cazan

Y te preguntas si serás tú el siguiente
en la cadena trófica de la noche.

El dolor del Vacío

Foto: Verja de la via del ferrocarril, calle Estación a la altura del túnel de las Delicias. Valladolid.
Gracias por el poema, Muchacha Alada.


CULMINACIÓN DEL DOLOR

Oigo incluso cómo ríen
las montañas
arriba y abajo de sus azules laderas
y abajo en el agua
los peces lloran
y toda el agua
son sus lágrimas.
oigo el agua
las noches que consumo bebiendo
y la tristeza se hace tan grande
que la oigo en mi reloj
se vuelve pomos en la cómoda
se vuelve papel sobre el suelo
se vuelve calzador
ticket de lavandería
se vuelve
humo de cigarrillo
escalando un templo de oscuras enredaderas...

poco importa

poco amor
o poca vida
no es tan malo

lo que cuenta
es observar las paredes
yo nací para eso

nací para robar rosas de las avenidas de la muerte.

Henry Charles Bukowski (Hank)

Espejismos

Foto: El ojo mío.

Muchas veces veo la Luna y pienso en cerrar todos los grifos

en hacerme infusiones de arena

en fumar las hojas de los periódicos

luego me doy cuenta de que en realidad no es la Luna lo que veo,

solo el reflejo en negativo de mi propia pupila somnolienta.

Poema urbano de un día mundano

Foto: Calle Faisán a las 7:15. Barrio de Los Pajarillos, Valladolid

Desechas las trizas de la tarde
y los rojos jirones del barrio
bajo el ocaso naranja
Las farolas se llenan de vida y las polillas
tienen su fiesta
y los murciélagos.

La calle se llena de ruido
ruido
y las ventanas
las casas de
los muertos

Hay tanta gente
y son todos grises
y son todos locos
y son todos imbéciles

La música me lleva a otra parte
Las cervezas y
las risas
y los besos
se consumen rápido
como los productos
perecederos

entonces la ciudad se vuelve grande
y yo me siento pequeño
y me divierte ser un pequeño gusano por las tripas
de un viejo monstruo de asfalto
y luz

Para cuando vuelvo a casa
la ciudad está desierta
y llena de basura
y vómito

Mis pasos bailan
al son de un cuarteto de rosas.

Un cigarro
el pelo velando la foto
la luz naranja es ahora
del ocaso de las farolas
y del amanecer de Murnau
Me adentro una vez más en las entrañas de la tierra
y ¡sorpresa! emerjo vivo de nuevo
vivo y borracho de ciudad
Me esperan mi cama y mi cenicero

se

hace

de

día

Y cantan los murciélagos con los mirlos
y silban los trenes

Ojalá que nadie me joda y se ponga a dar martillazos.