lunes, 24 de diciembre de 2007

...y ¿a qué huele?

A luz. A sándalo. A madera. A noche, a fuego, a humo, a tabaco fresco. Me persigo a mi mismo y te encuentro a tí, pero estás dentro y a la vez tan lejos y no puedes salir, ni llegar. De modo que te encuentro pero no hablas. Y ni siquiera se cómo es tu voz, ni a que sabe.

1 comentario:

Pan dijo...

¿A que sabe tu voz?

Sensual, Sr. Percipied.

Besos